Frases como ésta: “El virus no es tan peligroso, al fin y al cabo sólo afecta a viejos y a enfermos graves”, son cada vez más frecuentes en las redes sociales, y no sólo son ofensivas sino de una crueldad infinita.
Para quienes difunden cosas como ésta, se me ocurren unas cuantas respuestas:
Los mayores, “hijo”, son los que te han dado la vida, los que trabajaron con ahínco, te han alimentado y te han vestido. Esos “viejos” que tan poco te importan ahora, y cuya enfermedad o contagio te resulta indiferente, consolaron tus penas y apagaron tus llantos cuando lo necesitaste. Los mayores, son esas personas que pasaron noches en vela atendiéndote cuando estabas enfermo.
También los que llamas viejos, han sido “hijo”, quienes te han educado, y de quienes debiste aprender que la vida es un ciclo, y que tú también un día serás viejo y esperarás al menos, su comprensión, su apoyo y empatía si tus fuerzas flaquean.
Esos viejos vivieron cuidando, no solo de ti, sino que atendieron y se preocuparon por el bienestar de sus padres y abuelos ancianos cuando llegó el momento.
Es hora de parecerte a ellos, ¿no crees? de respetarles y defenderles, no solo con tu actitud solidaria, también cuidando tus palabras. Son mayores, pero no son ciegos ni sordos, así que habla con respeto. Y lo más importante, tenlo claro: ¡Ellos sí lo harían por ti!
Creo que los mayores somos los máximos responsables de la educación que hemos dado a nuestros hijos y que ahora vemos reflejada en una sociedad irrespetuosa con la 3ed.
No debemos lamentarnos. Mientras estemos a tiempo, debemos exigir ese respeto.
Esta grave situación por la que estamos pasando debería servir en corto plazo para establecer un sistema de control estatal y efectivo en todas las residencias de mayores, públicas y privadas.
Un reforzamiento de la sanidad y la actualización de las pensiones liberándolas de impuestos
La juventud de la posguerra, conoció la falta de hambre, se alimento de pan con vino y azúcar, leche en polvo en barriles, vivió la falta de aceite y vio como las personas se peleaban por los huevos.
Pero a pesar de trabajar siendo niños muchos de ellos con su esfuerzo lograron levantar el País y jóvenes sacar adelante a su familia esposa e hijos. Hoy nadie de estas generaciones sabe ni valora las horas que tuvieron que trabajar diarias, para que el mañana fuera mejor para ellos, pues valoren lo y háganlo mejor para sus hijos.